En snooker, el break máximo o tacada máxima es de 147. Se consigue al embocar quince bolas rojas con sus quince negras —que suman 120 puntos—, seguidas de los seis colores —que aportan los veintisiete restantes—. Se considera que la tacada máxima es lo mejor que se puede conseguir en una mesa de snooker.
La primera tacada máxima reconocida oficialmente la completó Joe Davis en una partida de exhibición celebrada en Londres en 1955. Steve Davis, en el Classic de 1982 consiguió el primer 147 en competición profesional, que fue también el primero en ocurrir durante un encuentro televisado.[1] Al año siguiente, Cliff Thorburn se convirtió en el primer jugador en lograr uno durante el Campeonato Mundial.[1] El centésimo llegó de la mano de Mark Selby en diciembre de 2013, durante el Campeonato del Reino Unido,[1] mientras que David Gilbert logró el 147 número 147 en la Championship League de enero de 2019.[2] Ronnie O'Sullivan es el jugador que más ha completado hasta la fecha, quince,[2] y tiene también el récord del más rápido, que logró en poco más de cinco minutos durante el Campeonato Mundial de 1997.[1]
Estas tacadas son cada vez más frecuentes. En la década de los ochenta tan solo se reconocieron ocho; veintiséis en los noventa y treinta, y cinco en los años dos mil. Sin embargo, en la década de los 2010 se han completado más de ochenta. A los primeros jugadores se les solía conceder un premio de 147 000 libras esterlinas, pero, con el incremente del número de logros, esa cuantía se ha ido reduciendo,[3] lo que ha generado protestas de ciertos jugadores.[4] O'Sullivan llegó a renunciar a completar uno para protestar, puesto que un premio de diez mil libras le parecía insuficiente por «un logro tan grande».[4] En otra ocasión, cuando apenas llevaba unas pocas bolas rojas y negras, se dirigió al árbitro para preguntarle por la cuantía del premio especial por completar un 147.[5] Este se informó y le comunicó, también en plena partida, que no se le daría nada más que por completar la mejor tacada del torneo.[5] Disgustado, cuando tan solo le faltaba la bola negra para completar la tacada máxima, acudió a donde su oponente para darse la mano y marcharse; finalmente, el árbitro consiguió convencerle para que embocase la única bola que le faltaba.[5] «No iba a embocar la negra, porque completar un 147 y no recibir ningún premio especial era un poco decepcionante; hay momentos mágicos y merecen recibir premios mágicos», aseguró.[5]
En teoría, es posible conseguir tacadas de hasta 155 si el árbitro concede una bola libre antes de que se haya embocado ninguna roja.[1] Aun así, los superiores a 147 son muy inusuales en la competición profesional; de hecho, Jamie Burnett, con un 148 conseguido en las rondas clasificatorias del Campeonato Mundial de 2004, es el único que ha logrado superar ese número.[1]